La imagen que procede de la captura de un instante es
fecunda en la medida en que ésta se constituye por sí misma una evocación de ese
instante subjetivo y vivo.
“Si a un instante le digo alguna vez: ¡Detente, eres
tan bello”…
Poema de José Amador Martín, con traducciones al italiano: Stefanía Di Leo y al Gallego: Isaura Díaz Figueiredo, con comentario de Stefanía Di Leo, Pinturas de Andrés Alén y Fotos de José Amador Martín
Jesús Despojado ( Imagen por Andrés Alén)
Poema para la Lectura-Oración a Jesús Depojado de sus vestiduras
La luz es más luz en tu mirar
de estrella,
en ese rumor de velas
amarillas
que acompañan el dolor
abierto en tu paisaje.
La ciudad se hace templo y el
templo se hace tarde
al iniciar la Pasión tu cuerpo
despojado,
esa imagen que ansío llena de
rosas
para cubrir tu dolor con su
consuelo.
Pisar leve en esa muerte de
Luz, Sentir…
trasfigurado en un lecho d
e sedas transparentes,
¿Qué dolor será el tuyo, que te
sabes de muerte,
caminando sin descanso
hasta llegar al Padre?
Mar en calma de tu mirar
cautivo,
Remanso de la tarde, quietud
hecha de amor
Consuelo y sufrimiento
hecho de gloria.
Es tu torso de sed , ciprés de
claridad,
árbol desnudo de soledad y
pena.
Y es la luz más bella en tu
cuerpo, como un mar de palomas
desbocado
Cristo, almendro de cristal en
primavera,
cordero del abismo, pan
despedazado
pastor y redentor de vara
verde.
Tu Camino hacia la Cruz,
memoria de soledad
en el crisol de la tarde, es
senda infinita,
Gólgota y Calvario en los
paisajes del alma.
En los que el silencio calla y
el
dolor se hace herida.
Despojado es el hombre de
túnica que no de Luz,
vestido de Amor, por el amor
inmenso que hay en tu mirar,
dulce
mirar de estrellas.
Mirar de Eternidad y de
Perdón, mirar apasionado,
entre miradas de asombro,
mientras caminas
entre turbas de espanto
que te condenan y olvidan,
que estás así para salvarnos,
Dulce Jesús
de mirada hermosa
y de hermoso corazón
que en la tarde haces de la
ciudad un templo
para quedarte en nuestro
corazón, enamorado.
Jesús Despojado (Detalle). Andrés Alén
La città diventa un tempio
traducción al italiano : Stefanía Di Leo
La luce è più luce
nel tuo sguardo
di stelle,
in quella voce di
candele
gialle
che accompagnano il
dolore
aperto nel tuo
paesaggio.
La città diventa un
tempio e il
il tempio s’
attarda
quando inizai la Passione
il tuo corpo
spogliato,
quell’immagine di
cui bramo molto piena di
rose
per coprire il tuo
dolore con la sua
consolazione.
Fai luce su quella
morte di
Luce. Sentire…
trasfigurato in un
letto di
sete trasparenti,
Quale dolore sarà
tuo?
Che sai della
morte,
del suo camminare
incessante
fino a quando non
raggiungi il Padre?
Mare calmo del tuo sguardo
prigioniero,
Calma della quiete
del meriggio
fatto d’amore
Consolazione e
sofferenza
fatto di gloria.
È il tuo torso
assetato di cipresso
chiarezza,
nudo albero della
solitudine e
pena.
Ed è la luce più
bella in te
corpo, come un mare
di colombe
fuggiasco
Cristo, cristallo
di mandorle dentro
primavera,
abisso agnello,
pane
strappato a pezzi
bastone pastore e
redentore
verde.
La tua via verso la
Croce,
ricordo della
solitudine
nel meriggio
crogiolo, è
percorso infinito,
Golgota e Calvario
nel
paesaggi
dell’anima.
In cui il silenzio tace
e
il dolore diventa
ferita.
Spoglio è l’uomo di
vestaglia non di
luce,
Abito d’amore, per
amore
immenso c’è nel tuo
aspetto, un dolce
sguardo delle
stelle.
Sguardo di Eternità
e di
Perdono, sguardo
appassionato,
tra sguardi di
stupore,
mentre cammini
tra turbe e
spaventi
che ti condannano e
ti dimenticano,
che sei così per
salvarci,
Dolce Gesù
con un bell’aspetto
e con un bel cuore
che nel meriggio
trasformi la città in un tempio
per rimanere nel
nostro
cuore, innamorato.
Jesús Despojado, Andrés Alén
Notas Críticas por Stefanía Di Leo
La
vista es quizá, el sentido utilizado por el hombre y el que más información nos
proporciona. La luz divina es el tema principal de ese poema de José Amador
Martin Sánchez, cuya poética de la luz abarca toda su obra, que
es a menudo conjunto poético y fotográfico. Estamos delante de un poema
descriptivo cuyo matiz religioso alcanza unas cumbres sin pares.
La
vista se encuentra unida siempre a la existencia de la Luz, si carecemos de luz
no es imposible ver, ignoramos hasta la luz divina. Sin poder ver o al menos
percibir entre sombras, la Luz divina, es una luz de amor que emana del Señor. Tal
como en Dante, en la poesía de José Amador Martin Sánchez, la luz se convierte en metáfora de iluminación de
sabiduría, no es posible avanzar en el conocimiento de Dios, en los goces de su
amor, sin la luz del entendimiento.
Especialmente en
estos días tan doloridos, en los que estamos afectados por el Coronavirus, nos
damos cuenta que hemos sido creados con un cuerpo material perecedero que
sirve de soporte, hasta que termine derrumbándose, a un alma espiritual y
eterna, que estará en esta vida terrena, durante el tiempo que su cuerpo
material la pueda sostener .El poeta habla sobre todo en estos versos de un
divino Amor, Cristo despojado es puro manantial de consuelo.
Nosotros
somos peces que gozosamente hemos de aprender a nadar y sumergirnos en el amor,
porque nuestro Creador es un inmenso, un ilimitado océano de amor y como el
amor por su naturaleza exige siempre reciprocidad. Dios nuestro creador, nos
ama tremendamente, como obra creada por Él.
En el poema, cuya tensión emotiva es una ascensión
hacia lo divino, tiene un poema dentro del mismo poema, casi fuera un acróstico
( cada comienzo de verso alternado, leído por separado es otro poema
bellísimo).
Los sustantivos utilizados por el poeta se refieren
todos a la esfera celeste. Así
como nuestro cuerpo tiene ojos con los que capta todo lo que ilumina la luz
material, sea esta la luz del sol o sea la artificial por nosotros creada,
nuestra alma también tiene sus ojos que ven la luz divina, la luz de amor de
Dios.
El
poeta escribiendo un homenaje a Cristo, introduce el concepto literario de la
luz y de la oscuridad para incrementar el concepto de la salvación frente a la
condenación ( San Juan de la Cruz). El Amor en relación a la Eternidad; el
cielo en comparación al perdón; el pecado frente a la santidad; las tinieblas
frente al paraíso. En este poema genialmente el juego de la luz y de la
oscuridad resaltan los problemas morales y espirituales que estamos viviendo en
estos días.
José Amador poeta culto, tiene sus antecedentes literarios también en Tirso de Molina, autor que abarca también el recurso de la luz y de la oscuridad, se apodera de un mito y símbolo universal visto desde la antigüedad en las doctrinas paganas y cristianas. En cuanto a la teología cristiana, la oscuridad es la máxima representación de la falta de razón, la falta de entendimiento y una representación del mal. Simbólicamente la luz es evidencia, entendimiento, razón, vida, salvación y bien: Otra antecedente de gran referencia para el poeta es sin duda San Pablo,” Fija los ojos en lo invisible, no en lo que podamos ver. Lo así visible dura un momento, pero lo invisible es eterno”. (3Cor 4,18). Nosotros adquirimos la fe y la fortalecemos cada vez más, cuando comprendemos y vemos con los ojos de nuestra alma, que Dios existe, para nuestro corazón enamorado; y nuestros ojos espirituales son iluminados por la luz de amor, que el Señor nos entrega como don de su amor al que le busca. Para poder ver a Dios, y su Luz hay que creer en un Dulce Jesús /de mirada hermosa/ y de hermoso corazón.
Tú me conduces, ciudad, entre tus luces hasta el velado trazo de mi sueño: yo soy tu sombra, mi bella ciudad, cuando despiertas, cuando arrancas en los fragmentos de luces la mirada y la luz sobre las calles vacías del volver a empezar de cada día, sobre la isla solitaria en la que el amanecer es cúpula y encanto. Eres la sinfonía perfecta de mis pasos, notas de la cadencia armónica del día, perfecto acontecer de días hermosos que conviven conmigo en los paisajes amados en que te tengo. Te amo, ciudad, y moriré amándote para vivir en tus piedras aprendidas cada atardecer, abrazado a la tierra, y sorprendido con la noche más oscura. Para que no me olvides grabo sobre tus piedras cada día una historia a base de fuego y de miradas y no quiero morir porque no mueres, sino permanecer en tus brazos para siempre. Cuando sea nota perdida en la memoria, guarda en ese recuerdo de tus calles mi caminar de luz en los mundos ocultos de los sueños
Silueta de la Catedral al amanecer
Tu mi conduci, città, fra le tue luci.
Tu mi conduci, città, fra le tue luci.
fino al tratto velato del mio sogno.
Sono la tua ombra
mia bellissima città, quando ti svegli
quando inizi nei frammenti di sole
lo sguardo ed il riflesso
sulle strade vuote per ricominciare
ogni giorno nuovamente,
sull’isola solitaria in cui l’alba
è cupola ed è fascino.
Sei la sinfonia perfetta dei miei passi,
sei nota della cadenza armonica del giorno,
l’accadere perfetto di belle giornate
che vivono con me
negli amati paesaggi che ho per te.
Ti amo città e morirò amandoti
vivere nelle tue pietre assimilate
in ogni tramonto, abbracciate alla terra,
e sorpreso
nella notte più buia.
Affinché non ti possa dimenticare di me
incido sulle tue pietre ogni giorno una storia
e non voglio morire perché non muori
ma rimango tra le tue braccia per sempre.
Quando avrò perso la memoria
conserverò
quel ricordo delle tue strade
il mio cammino di luce nei mondi nascosti dei sogni.
Si hay un paraíso, un jardín secreto, más allá de nuestras miradas, son los jardines de las almas… los jardines secretos de los sueños… aquellos que permanecen en los paisajes de nuestras mentes. Cada vez que volvemos a ellossentimos la misma emoción… las mismas pasiones… de la mano de nuestros propios sentimientos, a veces ayudados por una música, o por los silencios… por un cielo que nos resguarda o por una ciudad a la que amamos… todos los caminos, conocidos o no, nos llevan a nuestro propio jardín, a nuestro paraíso yno nos podremos resistir porque son nuestra propia vida.
SE ESISTE UN PARADISO
, un giardino segreto, al di là dei nostri occhi, esistono i giardini delle anime … i giardini segreti dei sogni … quelli che rimangono nei paesaggi delle nostre menti. Ogni volta che torniamo a loro sentiamo la stessa emozione … le stesse passioni … dal lato dei nostri sentimenti, a volte aiutati da una musica, o dai silenzi … da un cielo che ci protegge o da una città che amiamo … tutte le strade, siano esse conosciute o no, ci portano nel nostro giardino, nel nostro paradiso e non possiamo resistere perché sono la nostra stessa vita.